domingo, 20 de julio de 2014

BREVE CRÓNICA DE LOS II PREMIOS FLASHBACK


Parafraseando al realizador Cecil B. De Mille, todo evento debe empezar con un terremoto e ir a más (o algo parecido).  Los Premios Flash-back comenzaron como ese hipotético terremoto.  Y van a más, amenazan con volver.  Me alegro.  Este tipo de eventos sirve para darnos cuenta de una cosa, y por esa cosa nos premiamos.  Habrá mucha gente que no sabrá reconocer el valor de lo que en algún momento de nuestras vidas hicimos (como el Sr. Busquets, mi amigo, con su revista “Flash-back”), pero os puedo asegurar que hay unos pocos que si lo hicieron.  Y esos son los que valen.  A ellos se les premia también cuando nos premiamos.  Premiamos lo que amamos y lo que reivindicamos (los tebeos, los libros, las ilustraciones, las películas, las revistas especializadas...).  Pero más allá del valor testimonial o nostálgico está la amistad y está el fandom.  El fandom hacía años que no vivía en nuestro país una etapa como la que está viviendo.   Los fanzines setenteros fotocopiados han evolucionado.  Son más profesionales, más rigurosos (también la tecnología ha ayudado mucho).  


Antes podíamos ser un grupo reducido de pirados en nuestras propias localidades, y alguno se atrevió a lanzar unas cuartillas que ya son piezas de coleccionista.  Pero ahora todos esos pirados estamos conectados por las benditas redes sociales, intercambiamos opiniones, artículos, saludos, felicitaciones...  La cosa no pasaría de ahí si no fuera por este tipo de eventos, como estos premios o cualquier festival de cine especializado, antaño tan sólo al alcance de muy pocos.  En esta Segunda Edición de los Premios Flash-back se ha premiado a las viejas generaciones (Eugenio Martín -”Pánico en el Transiberiano”-, y su vitalista compañera Lone Faerch -”La noche del terror ciego”-), y a las nuevas formas de hacer cine fantástico patrio (Victor Matellano y José Luis Alemán).  Para el fandom más docto y de letras, los compañeros y amigos de “Exhumed Movies” se lo merecen todo.  

De izquierda a derecha, Miguel Ángel Plana, Jose Antonio Bogajo, Gerard Fernández y J. Francisco Javier Castellanos.

En mi presente, me re-encontré con mi pasado y con un futuro al que ya he accedido.  No pude asistir a la gala de los premios por un problema de transporte, pero no falté a la cita de esa fabulosa paella en la playa donde enseguida me puse al día, y los que ya me conocían sin verme, se alegraron de verme.  Estrechamos lazos, como sólo hacen los que saben que van a ser amigos de por vida.  Surgieron muchas ideas, muchos proyectos, muchos artículos, muchos libros. Con gente tan talentosa es imposible no conectar de inmediato. 


Entre cerveza y cerveza tuvimos también el momento cinéfilo.  Nos deleitamos con “Wax” de Victor Matellano (con un extraordinario trabajo de mi amiguete Jack Taylor) y los films lovecraftianos de Alemán (y uno de los máximos responsables del “Nocturna” de Madrid -que, al tiempo, nos robará el corazón a los sitgadictos-).  No voy a entrar en valoraciones críticas, no es el foro adecuado.  Tan sólo diré que el tramo final de la segunda entrega de Alemán, me gustó especialmente, y del film de Matellano me quedé con las ganas de más.  A mitad de camino entre un corto y un largo, le faltaba densidad. Repleto de guiños y homenajes de parte de quién ha rodado el excelente documental “Zarpazos”, sobre...no hace falta decirlo. En este sentido, para mí fue todo un halago y una satisfacción personal, un placer inesperado escuchar de su propia boca que fue uno de los compradores del mítico "Flash-back" del 94 dedicado al fanta-terror español y que lo atesora como lo que es y que siempre ha sido una referencia para él. Este "Wax", o su remake de "Las hijas de Drácula" de Larraz lo demuestran, así como su nostálgico documental.  Matellano y Alemán, dos buenos tipos que tienen mucho que decir.  Aplausos para ellos.  

Lone Fleming, Jorge Juan Adsuara, Antonio Busquets, Viky Rodríguez, Carlos Díaz Maroto y Luis Alboreca.

Y aplausos para el currazo de los “Exhumed”  que si fueran arqueólogos serían los mejores del mundo.  Son buenos, muy buenos.  Gente como ellos rescatan del olvido todo un patrimonio artístico cinematográfico, por muy malas que sean las películas, y que forman parte de la historia y de la cultura, y ellos ya son también parte de esta historia.  No quisiera cerrar el recuerdo de esa noche sin mencionar a enciclopedias andantes como Carlos Díaz Maroto, Luis Alboreca y mi entrañable Txemita, responsable del histórico “Neutrón”, entre otros.

Miguel Ángel Plana

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