jueves, 9 de agosto de 2012

REYES ABADES: ROMPIENDO MOLDES


El extremeño Reyes Abades es uno de los cineastas más laureados por la Academia del Cine Español. Nada menos que nueve premios Goya luce en sus vitrinas y la lista de películas, series de televisión y espectáculos en los que ha dejado su huella como responsable de efectos especiales es innumerable. Esa trayectoria se vio coronada con la guinda de un libro que se presentó la semana pasada en la Diputación Provincial de Badajoz, bajo el título ‘Reyes Abades. Rompiendo moldes’, escrito por Josep Lluís i Falcó.

A lo largo de su trayectoria, el extremeño nacido en Castilblanco, ha podido dar rienda suelta a su imaginación y a su labor haciendo que un secarral se convierta en un paisaje nevado, que brote la sangre de las heridas de los actores tras una escena de pelea o incluso hacer que una copa de Europa descienda del cielo para que la recojan los jugadores del Real Madrid.


Sin embargo, en esa impecable trayectoria llena de premios y reconocimientos también existen pequeños sustos como los accidentes de los especialistas o un incendio en las naves donde guarda sus materiales de trabajo. Pero a buen seguro que uno de esos momentos duros que tuvo que afrontar Reyes Abades fue en el año 2000 en una entrega de premios de cine. Y tuvo que ser uno de los momentos difíciles porque ocurrió de cara al público y con protagonistas de renombre, y porque luego fue denunciado por la empresa organizadora.

Ocurrió en la entrega de los premios Fotogramas en el Círculo de Bellas Artes de Madrid. La revista especializada en cine celebraba ese año su 50 aniversario y decidió hacer una celebración especial durante la entrega de sus premios. Su idea era que una tarta gigante descendiera desde el cielo cargada de tabletas de chocolate, pasteles de merengue, peladillas y bolas de caramelo plateado. La enorme tarta con 50 velas encendidas debía descender desde el techo hasta el escenario, donde estaban los premiados que serían los encargados de soplar las velas y apagarlas con la directora de la revista Elisenda Nadal.

La actriz Anabel Alonso, presentadora casi habitual de los Fotogramas, anunció la sorpresa y seguidamente, en contra de lo previsto, empezó a caer como una especie de lluvia de piedras blancas y los trozos de dulces y pasteles, y con ellos cayó la carcasa que los guardaba, que golpeó con fuerza a tres de los artistas que estaban en el escenario. Entre los afectados la actriz Amparo Baró, que tuvo que ser ingresada en una clínica y atendida de una brecha en la cabeza y una contusión en una mano; Concha Velasco, herida en un hombro y Paco Rabal que tan solo tenía algunas magulladuras en la mano.

Al parecer el accidente se originó por un cortocircuito producido por un escape de gas en el sistema de autoencendido de las 50 velas. Reyes Abades no estaba en la fiesta ya que estaba trabajando en los efectos especiales de una película, pero como fue su empresa la encargada de todo el montaje, la revista Fotogramas le puso una denuncia. Tanto Concha Velasco como Paco Rabal hablaron con él y le quitaron importancia al suceso, no así la directora de la revista Elisenda Nadal, que no se tomó muy bien todo lo ocurrido.

En el libro se habla de este episodio un poco de pasada y se recuerda que si en un pricipio Reyes Abades perdió el juicio, más delante, cuando presentaron un recurso, el juez falló a su favor revocando la primera sentencia que fue favorable a Fotogramas. “Como dice el dicho bien está, lo que bien acaba” escribe el autor del libro, Josep Lluís Falcó, que reconoce que al especialista no le gusta mucho recordar este episodio.

Autor: LLuís i Falcó, Josep
Categorías:Cine español
Idioma:Español
Editorial:Diputación Provincial de Badajoz
Encuadernación:Rústica
Año edición:2012
Páginas:428
Tamaño:16 x 23 cm.
Precio: 17,50 €

http://www.reyesabades.com/



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